miércoles, 2 de noviembre de 2016

Nuestros cuerpos son un campo de batalla
Por Donna R. Oliveros

El 28 de septiembre no es sólo una fecha más es un símbolo que encarna las diferentes luchas por el derecho a decidir, principio fundamental de los movimientos feministas que persiguen la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos y sus vidas, porque “lo personal es político”.
La historia de la efigie nos remonta al 28 de septiembre de 1888, cuando en Brasil se decretó que los(as) hijos(as) de las mujeres esclavas nacerían libres. Antes de la aplicación de este principio jurídico, la descendencia de una esclava pasaba a ser propiedad del esclavista al nacer. El “Día de los Vientres Libres” fue re-significado posteriormente en noviembre de 1990, en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe organizado en Argentina —con la asistencia de mujeres procedentes de Colombia, El Salvador, Bolivia, Brasil, Ecuador, Chile, Guatemala, Nicaragua, Paraguay, Perú y México— para dar lugar a la campaña que tiene como norte: visibilizar, denunciar y exigir que existan se cumplan y/o se amplíen las leyes que permiten el aborto en algunos lugares.  No obstante, la desigualdad y la marginación social de las mujeres no se acota a límites geográficos, por ello, más países de otras regiones del mundo se han ido sumando a la campaña. Actualmente, en un contexto en donde se practican 55 mil abortos inseguros al día, en el mundo, y de los cuales 95% corresponden a países en vías de desarrollo, se conmemora “el Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro”. 
El hecho de que de cada ocho muertes maternas una sea consecuencia de un aborto inducido en condiciones inseguras, nos habla de un problema de salud pública. Y en tanto esto, los gobiernos tienen la responsabilidad de crear las condiciones jurídicas e institucionales respectivas para disminuir el índice de morbilidad y mortalidad de las mujeres.
México
México tiene una población de 122.3 millones de personas de las cuales el 51.1% son mujeres. Pese a que representan más de la mitad de la población, se siguen negando y no garantizando sus derechos empezando por los derechos a la vida, a la salud y a la autonomía sobre el primer territorio: el cuerpo.
Cada año en nuestro país hay más de un millón de abortos (Excelsior, 2013), la mayoría realizados en un contexto de clandestinidad debido a las restricciones normativas sobre el aborto en  cada estado. Sólo en la Ciudad de México, las mujeres pueden abortar hasta las 12 semanas: De 2007 a 2015 en los servicios públicos capitalinos se han interrumpido legalmente 138 mil 792 embarazos (Excelsior, 2015).
Aun cuando el derecho a la salud y el derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de los hijos, se encuentran incluidos en el artículo 4º de la Constitución Mexicana, y pese a que México ha firmado tratados internacionales en materia de derechos humanos —como en la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)—, en nuestro país los funcionarios, los religiosos y los fundamentalistas —la mayoría hombres— siguen coartando la libertad de las mujeres a ejercer de manera libre e informada, su ciudadanía. Se persigue a través de la ley y el dogma a las mujeres que deciden sobre sus cuerpos y a las(los) activistas que promueven las maternidades libres, informadas y voluntarias; la información laica y gratuita sobre métodos anti-fecundativos y la autonomía de los cuerpos.
Querétaro
En cuanto a las regulaciones sobre el aborto en los diferentes estados de México, nos encontramos ante un panorama muy desigual. Sólo en la ciudad de México está permitido el aborto por voluntad de la mujer, hasta las doce semanas de gestación. Los demás estados lo permiten sólo bajo ciertas causales entre ellas: por peligro de muerte o afectaciones a la salud de la mujer; alteraciones genéticas o congénitas en el producto; inseminación artificial no consentida; por causas económicas o cuando el aborto es por causa de un accidente. Sólo la violación como causal se encuentra en todos los Códigos Penales de las 32 entidades federativas.  No obstante, (…) el acceso efectivo de las mujeres a las causales legales de aborto es bastante precario o nulo, lo cual denota una gran brecha entre la ley y el ejercicio efectivo de este derecho” (GIRE, 2008). En otras palabras, aunque las causales existan, pocos son los esfuerzos por parte de las instituciones responsables de difundir la información acerca de la existencia de éstas,  y de llevar a cabo los procedimientos y los lineamientos requeridos para la interrupción de un embarazo cuando sea producto de una violación sexual.
En el caso de Querétaro, el aborto no es criminalizado si el embarazo es producto de una violación o si el aborto es consecuencia de un accidente (Art. 142). No obstante, pese a las restricciones normativas en la entidad, las mujeres queretanas siguen decidiendo sobre sus cuerpos. Del total de ILE (Interrupción Legal del Embarazo) realizadas en la Ciudad de México después de su legalización, del 24 de abril del 2007 al 2010, se realizaron 34, 351 interrupciones, de las cuales el 2.7% corresponde a residentes de otros estados (944 mujeres).  De ese total, 88 mujeres eran residentes de Querétaro (El Universal, 2010).
Sólo las mujeres con ciertas características socioeconómicas y con la información adecuada han podido trasladarse a la Ciudad de México para la ILE, mientras las demás han tenido que practicarse un aborto clandestino, con todos los riesgos legales y a la salud que eso conlleva. En este sentido, podríamos hablar de que la normatividad sobre el aborto en Querétaro y de las demás entidades federativas, están revestidas de injusticia social.
Hay que señalar que las restricciones normativas en materia de aborto, significan una violación a los derechos humanos de las mujeres. El estado tiene la obligación de garantizar el derecho a la salud reproductiva; recordemos que los derechos reproductivos son derechos humanos.
Por lo aquí vertido, y debido a que se trata de una situación generalizada en el mundo, es que la campaña del Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro busca: ampliar la información y la educación sobre sexualidad; defender que la sexualidad es parte constitutiva e indisociable de nuestra identidad;  difundir las consecuencias del aborto inseguro en la vida de las mujeres; establecer coaliciones dentro del movimiento de mujeres, con los gremios médicos, jurídicos y otros para realizar campañas informativas y educativas a favor de políticas y leyes que garanticen el derecho a decidir cuántos hijos/as se quiere tener y la atención humanizada del aborto (Mujeres en Red, 2005). Ω
Referencias
El Universal. (2011). 106 mujeres acuden al DF para abortar. Recurso electrónico. Recuperado de: http://archivo.eluniversal.com.mx/notas/796607.html
GIRE. (2008). Cifras del Aborto en México. Recurso electrónico. Recuperado en: https://www.gire.org.mx/publicaciones/hojas-informativas/cifrasact08.pdf
Excelsior. (2015). Se han interrumpido legalmente 138 mil embarazos en ocho años. Recurso electrónico. Recuperado en: http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2015/04/23/1020405
Excelsior. (2013). En México hay más de un millón de abortos al año. Recurso electrónico. Recuperado en: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/11/05/926942
Mujeres en Red. (2005). 28 de septiembre: Día de Acción Global por un Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Recurso electrónico. Recuperado en: http://www.mujeresenred.net/spip.php?article179
GIRE. (2015). Niñas y mujeres sin justicia. Recurso electrónico. Recuperado en: https://www.gire.org.mx/publicaciones/hojas-informativas/camp28sep.pdf

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