Domingo, 30 de Agosto de 2009 18:55 |
Ángel Balderas Puga El 24 de agosto, seis de los siete diputados de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Legislatura de Querétaro aprobaron (fast track) la llamada ley antiaborto, promovida por el PAN: sin discusión, en aproximadamente 10 minutos y el mismo día que se presentaron las últimas ponencias de las audiencias públicas. Se habían programado 174 audiencias hasta el 31 de agosto, pero los diputados tenían prisa y acortaron los tiempos. En un serio ejercicio legislativo, las ponencias deberían haberse valorado antes de tomar una decisión por parte de representantes populares; pero no fue así, la decisión ya estaba tomada. Al menos, los diputados tuvieron la sensatez de no ir contra el Código Penal actual, que señala que el aborto no es motivo de penalización cuando el embarazo es producto de una violación o la vida de la madre está en peligro. Es necesario tener presente que la intención de la derecha mexicana es penalizar el aborto bajo cualquier circunstancia. No existe una definición única del concepto “vida”, para la derecha resulta muy incómodo el concepto vida como “modo de vivir en lo tocante a la fortuna o desgracia de una persona, o a las comodidades o incomodidades con que vive”, por lo que en las audiencias realizadas en la Legislatura privilegiaron un punto de vista mecanicista. En una de las audiencias me tocó presenciar a uno de los ponentes “a favor de la vida”. Es patético ver cómo, para justificar su posición, el ponente usó conceptos que son totalmente ajenos a la derecha: igualdad, tolerancia, pobreza, eliminación de derechos y prestaciones, dignidad, entre otros más. Es intolerante, ha aumentado la pobreza (según el Banco Mundial, en México existen, desde 2006, 10 millones más de pobres), ha eliminado prestaciones a los trabajadores (leyes del ISSSTE y del IMSS, consolidación del outsourcing, etcétera), y no respeta la dignidad de las personas. El ponente se atrevió a hablar del “derecho a la salud de calidad” cuando desde el poder los neoliberales ¡han actuado en sentido totalmente opuesto! Esta persona cerró su exposición y dijo estar en contra de la “cultura de la muerte”. Los autodenominados “defensores de la vida” catalogan a las personas que están de acuerdo en no penalizar el aborto en ciertas condiciones como defensores de la “cultura de la muerte”. Ya habíamos señalado que la derecha “defiende” la “vida” de los no nacidos, pero una vez que nacen se olvidan de ellos y desde el poder instrumentan políticas públicas agresivas en contra del bienestar de las personas. Es decir, atentan contra la vida de los ya nacidos, quizás porque es más fácil comprometerse sólo nueve meses que toda una vida. Si hablamos de muerte, niños y vida digna, en México han sucedido cosas vergonzosas que pueden ser catalogadas como cultura de muerte y ante las cuales los “defensores” de la vida han mantenido un vergonzoso silencio. ¿Qué han hecho los “defensores de la vida” para detener la masacre de cientos de mujeres violadas y asesinadas en Ciudad Juárez? ¿O es que para ellos, la “defensa de la vida” no incluye a mujeres humildes? El PAN tiene nueve años en el poder federal, ¿ha detenido la masacre? ¡No! ¿Hizo algo por esas mujeres la “pareja presidencial”? ¡No! La “empoderada” Martha Sahagún estaba más preocupada por salir de pobre junto con sus retoños. ¿Dónde estaban los “defensores de la vida” en la masacre de Acteal? Ese día asesinaron a 21 mujeres (cuatro de ellas embarazadas), 14 niñas, cuatro niños y seis ancianos. ¿Por qué no han alzado su voz en defensa de la vida? ¿O es que para ellos, la “defensa de la vida” no incluye a los indígenas? Jorge Serrano Limón, ex presidente de Provida, desvió dinero público asignado por la Cámara de Diputados para apoyar a mujeres embarazadas y a enfermos de SIDA, para comprar tangas y plumas de lujo. Serrano no fue castigado, al contrario se le dejó impune. ¿Para ellos, la “defensa de la vida” no incluye a los enfermos de SIDA? El informe fue publicado en 2001 en el National Catholic Reporter (www.natcath.com/NCR_Online/documents/UrgentConcernsO%27DONOHUE.htm). El informe denuncia que los sacerdotes exigen a las monjas favores sexuales para que se les permita trabajar en una diócesis, que es frecuente el número de embarazos entre las religiosas como resultado de esas relaciones forzadas, y también la amenaza de expulsión de la congregación en los casos de no acceder al aborto. ¿Qué dijeron al respecto los defensores de la penalización del aborto bajo cualquier circunstancia? ¡Nada! ¿O es que para ellos, la “defensa de la vida” no incluye el aborto de religiosas? También hay silencio con respecto a los sacerdotes pederastas, un abuso infame contra niños que no se pueden defender. Este ataque contra la vida digna de los niños es tan amplio que incluso en los Estados Unidos se formó la organización de sobrevivientes de abusos de los sacerdotes, SNAP por sus siglas en inglés (www.snapnetwork.org). Es necesario recordar que el cardenal Bernard Law fue obligado a renunciar al arzobispado de Boston por encubrir a sacerdotes pederastas; que Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, fue castigado por abusos sexuales, se le impidió realizar funciones sacerdotales en público (y pensar que sus seguidores incluso lo querían beatificar). También es necesario recordar que el cardenal Norberto Rivera tiene una demanda en Los Ángeles, California, por encubrir al sacerdote pederasta Nicolás Aguilar (acusado de abusar sexualmente de más de 86 niños). Felipe Calderón es otro de los que dice que está “a favor de la vida”. Sin embargo ¿qué actitud tomó cuando una anciana de Zongolica fue violada por militares, lo que le provocó la muerte? Dijo que ¡la anciana había muerto por una gastritis! y garantizó impunidad a los atacantes. |
lunes, 7 de septiembre de 2009
¿Cuál es la verdadera "cultura de la muerte"?
"Defensores de la vida" y "cultura de la muerte"
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